“Parque natural de Valderejo y Valdegovía”, la guía para conocer una joya

El parque natural de Valderejo se localiza en la zona occidental de Araba, en un territorio que se alarga como una península alavesa en tierras de Burgos. Su área de protección abarca 3.418,5 hectáreas que enlazan por el sur con el vecino parque natural de Montes Obarenes-San Zadornil, ya en tierras castellanas. Este libro, Parque natural de Valderejo y Valdegovía, propone recorrer el espacio protegido, su famoso desfiladero del río Purón, sus cimas y sus tupidos y variados bosques. Y nos invita a conocer el vecino valle de Valdegovía [Gaubea] y sus impresionantes tesoros naturales, artísticos e históricos. 

El agua protagoniza el parque natural de Valderejo. El río Purón y la red de arroyos a él asociados han esculpido durante miles de años los espectaculares paisajes que nos esperan. Además, estamos en un área de transición climática en la que se mezclan las influencias atlánticas y mediterráneas. Es por ello que, en muy pocos kilómetros, aparecerán ante nuestros ojos extensos hayedos, pinares, encinares, pastos de altura, campos de cereal, bosques de ribera y otros muchos ecosistemas.

Mar Ramírez, periodista y guía de montaña, nos propone dieciséis rutas por el parque natural de Valderejo, el aledaño parque natural de los Montes Obarenes-San Zadornil (en Burgos) y el valle de Gaubea, donde nos esperan cuevas eremíticas, castillos, poblados prerromanos y cimas poco visitadas. La fotografía lleva la firma de un maestro, Juan Carlos Muñoz, e incluye preciosas imágenes de la fauna local.

“Parque natural de Armañón”, naturaleza en todo su esplendor

Desde su llamativa portada, Parque natural de Armañón y Karrantza anuncia que se trata de un libro con belleza exterior e interior. La singular toma área del abigarrado bosque que crece a la sombra de la Peña del Moro nos invita visitar el extremo oeste de Euskal Herria y disfrutar con sus maravillas naturales. Una invitación, sin duda, difícil de rechazar.

Si bella es su presentación, aun más bello es su contenido, tanto por la magnífica fotografía de un maestro como Juan Carlos Muñoz, como por la cuidada selección de propuestas que ha elaborado una experta con la experiencia de Mar Ramírez. Una docena de rutas nos descubren el casi desconocido parque natural de Armañón, pequeño pero sobradamente capaz de cautivar con sus pequeños tesoros (cueva de Pozalagua, Peñas de Ranero, encinar de Sopeña, cima blanca de Los Jorrios…). Otras tantas propuestas se adentran en el valle de Karrantza y sus algunos de sus espacios naturales más relevantes: Zalama, faldas de la sierra de Ordunte, montes de La Mesada, Ilsos de Ribacoba…

Para quien quiera ojear el libro, bajo estas líneas dejamos un pdf con el índice, la introducción y algunas páginas. Ondo ibili!

“Parque natural de Armañón y Karrantza”, los grandes desconocidos

La sugerente cubierta a vista de pájaro del nuevo título de la colección Euskal Herria deja bien a las claras que estamos ante una invitación irrechazable. Parque natural de Armañón y Karrantza nos introduce el espacio natural protegido menos conocido del país y en las montañas que lo rodean. Y lo hace de la mano de la experta guía y comunicadora Mar Ramírez y del reconocido fotógrafo Juan Carlos Muñoz.

Los autores han elegido una veintena larga de ascensiones montañeras y rutas senderistas para mostrarnos algunos de los rincones más bellos de estos parajes. En el parque natural, ubicado en los municipios de Karrantza y Turtzioz [Trucíos], desde el espectacular karst de la Peña del Carlista (o Peñas de Ranero), bajo la que se oculta la célebre cueva de Pozalagua, hasta la cima blanca de Los Jorrios nos esperan espacios de enorme valor natural como el singular encinar de Sopeña, o el robledal de Remendón, el más extenso de Bizkaia.

El resto de las propuestas nos descubren espacios naturales de Karrantza en los que se suceden los hayedos, las cascadas, las peñas desafiantes y cumbres tan referenciales como Zalama (1.343 m), el techo de la comarca de Enkarterri.

Montaña, naturaleza, historia y ocio se confabulan para que nuestra visita al extremo más occidental de Euskal Herria se convierta en imprescindible. Ondo ibili!