Fotografía: Txusma Perez Azaceta.
El verano suele ser la estación más propicia para atraer a los montañeros a la costa. Las montañas del litoral vasco no pasan de modestas tachuelas, es cierto. Pero, a cambio, ofrecen unas espectaculares vistas, no en vano han sido durante siglos atalayas para otear el horizonte marino. Y, además, incluyen la posibilidad de redondear la jornada con un baño en la playa, junto al puerto o en alguna cala.
Muchos son los montes apropiados para un plan de este tipo. El Serantes en Santurtzi, Ermua en Gorliz, Katillotxu en Mundaka, Ogoño en Elantxobe, Otoio en Lekeitio, los parajes entre Deba y Zumaia, Mollarri en Zarautz, Mendizorrotz en Orio, Igeldo y Ulia en Donostia, Jaizkibel a caballo entre Pasaia y Hondarribia… Una vez en Lapurdi el camino del litoral toma el relevo para facilitar planes de este tipo.
Un buen ejemplo de lo que decimos nos lo ofrece la singular foto que acompaña este texto, tomada el pasado domingo en Mollarri. Montañeros y surfistas descienden en fila hacia la playa de Zarautz. Al fondo, el ratón de Getaria cierra el horizonte.
Quienes gustan de andar por el litoral tienen una golosa sugerencia en un clásico de Sua Edizioak, ‘Trekking de la Costa Vasca’, una magnífica guía con textos de Ander Izagirre y fotografías de Alberto Muro. Trece etapas para recorrer con calma toda nuestra costa, desde Baiona hasta Cobaron (Muskiz).