Junto con la Casa de Juntas de Avellaneda y la de Gernika, la de Gerediaga es una de las tres sedes oficiales en donde se reúnen las Juntas Generales de Bizkaia. Las Encartaciones y el Duranguesado mantuvieron sus instituciones propias hasta 1876, nada más y nada menos que siete siglos.
Desde el siglo XIV se reunían bajo el árbol de Gerediaga las Juntas Generales de la merindad de Durango para dirimir conflictos, disputas, desavenencias. En definitiva, para gobernar.
En la piedra central que podemos ver se sentaba el merino o teniente de corregidor, como representante del Señor de Bizkaia, y a su alrededor los portavoces de las doce anteiglesias, denominados fieles, que eran en realidad lo que hoy se conoce como alcaldes.
[Este texto procede del libro “Pueblos de Bizkaia con encanto”, de Javi Pascual Otalora, número 35 de la colección Euskal Herria. Incluye un recorrido desde Garai hasta Gerediaga]