Esta no es una selección de rincones desconocidos en Euskal Herria, porque de esos casi no quedan. Sin embargo, algunas comarcas, no pocos valles y pueblos, resultan casi invisibles para la mayoría de nosotros, incluso en los casos en los que se encuentran a escasos kilómetros de nuestros domicilios. Nuestras rutas nunca pasan por ellos. Siempre quedan al margen. Son los valles escondidos, los protagonistas del nuevo libro de la colección Euskal Herria Liburuak.
El autor, Alberto Muro, ha visitado, recorrido y fotografiado una quincena de valles y rincones al margen de las rutas convencionales pero no por ello exentos de belleza. Todo lo contario. ¿Quién nos dirá que Bóveda, ese rincón occidental de Gaubea / Valdegobía, no es un pueblo con encanto, rodeado de montañas, bosques y campos de cultivo? ¿Cuántos bilbaínos conocen Zeberio, un valle rural de 50 km2 de extensión a 12 km del centro de la capital vizcaína? ¿Quién ha pisado alguna vez Aritzakun, el valle olvidado de Baztan? ¿Quién sabe situar en el mapa Montori?
Distribuidos por todo el país, estos valles reflejan una amplia panoplia de paisajes, a cada cual más bello. Desde las huellas mineras de Galdames hasta el aislado pero extremadamente hermoso valle alavés de Arana. O desde la pirenaica aldea de Zilbeti hasta el singular valle del molino, donde encontraremos los concejos de Markinez y Arluzea, cobijados a la sombra del monte Kapildui.
En total, 15 valles y una treintena de propuestas de recorridos y ascensiones a sus cumbres más cercanas, para que disfrutemos de rincones bellos y poco conocidos de nuestra geografía.