Observando aves en Plaiaundi (Txingudi). Foto: Archivo Sua.
La pasada semana se marcharon las golondrinas del etarte de un caserío de Ibarrangelu, como de tantos otros. Lo hicieron sin darse importancia, tras pasar todo el verano aquí, con África metida entre ceja y ceja. Pero con la intención de volver el año que viene. También la semana pasada iniciaron su primera singladura africana las jóvenes águilas pescadoras de las marismas de Urdaibai. Ojalá sea un viaje de ida y vuelta!
Cuando se van las golondrinas es que el verano se agota. Pronto sentiremos la presencia del otoño, momento en el que en los altos puertos de montaña y en marismas y humedales se concentrarán miles de aves durante sus migraciones. Es el momento para verlas llegar a nuestras costas (en Jaizkibel, o en el observatorio recién abierto en el viejo faro de Matxitxako…) o de rebasar los collados pirenaicos en puntos como Organbidexka o Lindus. También podemos acercarnos a las marismas litorales, donde se concentran centenares de ejemplares (Urdaibai Bird Center, Plaiaundi en Txingudi, las marismas de los ríos Urdazuri y Aturri en Lapurdi…). Y no podemos olvidar que miles de aves se tomarán un descanso en los humedales navarros (Pitillas y Las Cañas, por ejemplo) y alaveses (lagunas de Salburua, que se pueden contemplar desde Ataria, de Guardia y los pantanos de Urrunaga y Uribarri-Ganboa).
Y si vamos a observar aves, nos puede resultar de gran utilidad la Guía de Aves de Euskal Herria. Gracias a sus textos y a los extraordinarios dibujos de Calros Silvar, podremos identificar las aves que sobrevuelan estos parajes naturales.