Todas tuvieron sus tiempos de gloria. Fueron las autovías del siglo III, las avenidas de la Edad Media, las autopistas del siglo XVIII. Hoy no quedan más que algunos pequeños tramos, a veces semi-ocultos, otras veces desfigurados o reutilizados. Pero aún sigue siendo un placer pisar sus losas gastadas, remontar montañas y cruzar paisajes por estas ancestrales vías de comunicación. ¿Qué cuáles son? ¿Dónde están? Esta es la lista de excursiones (haz clic sobre la imagen) que propone “Rutas por calzadas y viejos caminos”.
Nos esperan, por tanto, calzadas romanas como la de la Berrueza o la de Garisoain, enlosados medievales como el de Ziortza, caminos mineros y pastoriles como el de Arritzaga o el de Intzola, la vieja ruta de postas de la Llanada Alavesa o antiquísimas vías de enlace intercomarcales como las calzadas de Berraona y Urbasa. Un aluvión de sensaciones acude a nosotros al sentir bajo nuestros pies estas viejas losas por las que ha discurrido la historia de nuestro país durante los últimos dos mil años.