“Rutas a frentes de guerra”, lo que nuestros montes ocultan

Bajo el verde manto de bosques, matorrales y praderas, muchos de nuestros montes y colinas ocultan las cicatrices que diez años de conflicto dejaron sobre gran parte de Euskal Herria. La guerra de 1936 y la Segunda Guerra Mundial alcanzaron estos lares y los marcaron con rotundidad. El paso del tiempo y el olvido borraron gran parte de sus huellas. El nuevo libro Rutas a frentes de guerra (1936-1945), de Esther Merino, nos invita a echarnos al monte para conocer in situ los escenarios bélicos que marcaron el siglo XX.

El libro reconstruye, a partir de una veintena larga de rutas, la trayectoria histórica de Euskal Herria desde el fatídico 18 de julio de 1936 hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Nos invita a visitar los escenarios de las acciones más famosas, como la batalla de Legutio, el bombardeo de Gernika o la desesperada defensa de Artxanda (Bilbo), pero también nos conduce a pequeños choques apenas recordados como el de Kurtzetxiki o los clandestinos pasos de los fugados del fuerte de San Cristóbal y los mugalaris de la red Comete.

En montes, prados, acantilados y bosques de todo el país encontraremos trincheras, búnkeres, defensas, parapetos, monolitos y todo tipo de huellas de una contienda que, en sus dos fases, decidió la suerte del siglo XX en estas tierras.

El libro combina breves introducciones históricas, acompañadas de fotografías de la época, con las rutas seleccionadas para conocer in situ los lugares más relevantes. La autora, Esther Merino, es una experta montañera, colaboradora de la revista Pyrenaica. Este es su segundo título, tras Rutas montañeras a castillos medievales. Bajo estas líneas, Esther Merino presenta el libro.

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